Eduardo Serra acompañó al claustro de profesores vestido de traje y
corbata, con las gafas colocadas sobre una mirada que guarda experiencia
y situaciones del pasado; y también del presente en pasado.
Por estos motivos, los que otorga la sabiduría del tiempo, el que fuera
ministro de Defensa hace ya alguna década, no dudó en calificar desde el
principio de su intervención a los alumnos que ayer se graduaban como
“privilegiados”, insistiéndoles en que nunca olvidasen esta condición.
“No tenemos derecho a quejarnos porque si miramos alrededor siempre hay
alguien más necesitado que nosotros”, incidió, momentos antes de
recordar que la carrera de estos jóvenes había llegado a su meta en un
momento “en el que es verdad que la desigualdad está creciendo dentro de
las sociedades, pero a su vez, las desigualdades entre países están
acercándose”.
Serra, que ahora ocupa el cargo de presidente en la Fundación Everis y
también el de vicepresidente de la Fundación Ayuda contra la
Drogadicción, repasó las etapas que van desde la juventud a la vejez y
confesó a los alumnos que habían “pasado a la época en la que os
convertís en sujetos activos de vuestra vida”, y por ello les pidió
vivirla “con toda la intensidad y plenitud que podáis”, pero siempre
teniendo en cuenta los consejos de los padres.
Entre los comentarios del responsable de impartir la lección magistral
que más apuntarán en su memoria los recién graduados, estarán aquellos
dedicados por Serra a repasar las revoluciones que el mundo ha vivido,
finalizando en la actual revolución tecnológica. “¿Cuánto dinero ha
hecho falta para crear HP, Apple, Google, Facebook? Nada, sólo talento; y
vosotros tenéis las herramientas para desarrollarlo”, concluyó.
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